jueves, 14 de noviembre de 2013

Cien años en tres minutos y medio

Este es el trailer que hicimos la semana pasada inspirándonos en las diferentes escenas que narra la novela. Hemos elegido las escenas más significativas en nuestra opinión, aunque haya muchas que sean preciosas. Todo el trailer ha sido rodado en diferentes localizaciones de nuestro entorno. Nuestro objetivo es impulsar a todo aquel que no haya leído la novela a descubrir la magia de Macondo. Esperamos que os guste. 


martes, 12 de noviembre de 2013

Toda una vida de papel

Para entender bien una obra a veces es necesario conocer un poco más del autor que la ha escrito, es una manera de enriquecer e incluso llegar a ponerse en el papel del mismo.
Aquí tenéis una breve localización para entender un poco su sentir en cada página de la obra:

Un 6 de marzo de 1928 nació un muchacho con aspirante a escritor llamado Gabriel García Márquez, en Aracataca, un pueblecito de Colombia que más tarde inspiraría escenarios a mundos enteros, donde la magia se desarrollaría mezclada con lo físico y natural creando una realidad alternativa.  
Su imaginación se basó en una serie de hechos fuera de lo que se llama “una vida normal”. Fueron probablemente su mayor fuente de inspiración a la hora de escribir, ya que se asemejan bastante después a algunos de los hechos de sus obras, al tratarse la mayoría de ellas del transcurso de generaciones o una vida. Se podría poner como ejemplo a su tía Francisca, que tejió su propio sudario para dar fin a su vida; al igual que Amaranta, personaje de Cien Años de Soledad. La vida de Gabriel García Márquez está parcial si no es totalmente ligada con la de los personajes de sus obras.

Creció como niño único en la casa de sus abuelos maternos, al abandonarle sus padres cuando tan solo tenía 5 años, hecho que posiblemente lo empujaría después a tratar temas como la soledad en sus obras.
Sus abuelos tuvieron una gran repercusión a la hora de desarrollar su imaginación, y marcaron el periplo literario del futuro Nobel. Su abuelo lo llevaba al circo, y le contaba infinidad de historias sobre su juventud y la guerra; y su abuela sin embargo se decantaba por las fábulas leyendas familiares que luego contaba al niño con tanto entusiasmo y credibilidad que el último las consideraba hasta reales; cabe el hecho de que la abuela también organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo a los mensajes que recibía en sueños.
Es una obviedad de las últimas figuras mencionadas sobre las obras que marcarían su carrera literaria; es decir, su mezcla entre la realidad y la magia, tan supersticiosa y natural que hasta parece cierta, el realismo mágico.

Por lo demás llevó una niñez bastante “normal” dentro de lo que cabe, aprendió a escribir cuando tenía 5 años, y fue a la escuela como cualquier otro niño del montón.
En 1936 a la muerte de su abuelo tuvo que emigrar a la casa de sus padres en el puerto de Sucre, pero salió para estudiar en un colegio interno de Barranquilla. Con 10 años ya escribía versos humorísticos.
Lo marcó más el colegio a donde fue después ayudado por una beca, ya que vivió una experiencia para él de lo más traumática. De acuerdo con sus descripciones, el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá de la Ciudad de la Sal era tan frío y triste que lo ponía melancólico, y lo empujó después a describir el concepto de la tristeza y la soledad en sus obras.

Es de suma importancia para él mencionar a la persona que realmente lo empujó a escribir: Carlos Julio Calderón Hermida, un profesor de literatura de Zipaquirá a quien hoy día cede con un agradecimiento la primera hoja (al comienzo) de muchas de sus obras.

En 1947 se trasladó a Bogotá presionado por sus padres a estudiar derecho en la Universidad Nacional. La capital tuvo un gran impacto en García Márquez. Le pareció una ciudad de lo más gris y homogénea, fría. Volvió a sentir lo mismo que en el internado de Zipaquirá.

Nunca se graduó, pero logró ser columnista del periódico El Universal Y El Nacional.

De datos importantes del autor aparte de las inspiraciones que obtuvo de sus propios origines, publicó en 1947 su primer cuento: La tercera resignación. Apareció en el suplemento Fin de Semana de “El espectador”, cuyo director calificó a Gabriel García Márquez como “el nuevo genio de la literatura Colombia”. Ganó el premio Nobel de la Literatura en 1982.

Ha escrito obras importantes como Cien años de soledad (1967), La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961) o La mala hora (1962).


Aunque Gabriel García Márquez decidió debido a su avanzada edad ser ya retirado de la vida pública, no hay duda en que su figura quedará marcada en la historia de la literatura hispanoamericana, en la memoria y en el corazón de muchos lectores que decidieron sumergirse en sus páginas y entregar el alma.  

lunes, 11 de noviembre de 2013

Un poco de historia

Siempre es importante, aparte de leer un libro, saber un poco del contexto histórico en que fue escrita la obra. En este caso, los sucesos que acaecieron desde mediados del siglo XIX hasta finales del siglo XX fueron decisivos en el transcurso de la novela. Las guerras civiles, las compañías bananeras, las disputas entre conservadores y liberales... aparte de ser parte de la historia de Macondo, también son parte de la historia real de Colombia. Para explicar estos sucesos, hemos decidido hacer una presentación, relacionando hechos reales con los hechos de la novela. Así se puede ver la conexión entre la realidad y el Realismo Mágico que forman parte de Cien años de soledad. Aquí tenéis el enlace:
http://prezi.com/7qimhexif-i9/?utm_campaign=share&utm_medium=copy

sábado, 9 de noviembre de 2013

Olores y sensaciones


Lo primero que hacemos al coger un libro es olerlo. Digamos que es la adicción del lector. Cada libro tiene su propio aroma: olor a nuevo, a viejo, a húmedo... Pero lo mejor es el olor de las historias. Las aventuras, el amor, la incertidumbre, la sorpresa, la magia, el miedo... esos aromas los vamos encontrando a medida que leemos. Hay libros que nos empachan, otros que nos dejan a medias. El equilibrio entre los diferentes perfumes es lo que hace que tengamos una sensación de plenitud. Un poco de todo. Eso es lo que aporta esta lectura. Una leve fragancia de magia enmascarada entre tanta realidad, una esencia de soledad en un mundo lleno de gente...  ¿Quién quiere ser el primero en descubrir todos los matices de "Eau de Cien Años de Soledad"? 

jueves, 31 de octubre de 2013

¿Cuál es nuestra opinión acerca de "Cien años de soledad"?

Muchos habréis oído hablar de “Cien años de soledad”. También habréis oído el nombre del ganador del Nobel de la Literatura de 1982, Gabriel García Márquez. Por lo tanto, sabréis que esta novela es una de las obras más importantes de la literatura hispanoamericana.
“Cien años de soledad” fue escrito después de un periodo de gran incertidumbre que azotó Colombia, el país natal del escritor. Por ello, hay muchas referencias sobre la lucha entre conservadores y liberales. El principio del siglo XX del país latinoamericano estuvo marcado por La Guerra de los Mil Días, en la cual luchó el abuelo de García Márquez. En los años cuarenta y cincuenta, La Violencia se apoderó del país, causando una vez más la división entre los dos grandes partidos. El autor utiliza todos esos hechos para describir las numerosas guerras que promovió el coronel Aureliano Buendía. De hecho, se basó en su abuelo para dar forma a ese personaje. Gracias a esas experiencias de primera mano, pudo especificar con gran maestría el ambiente bélico, haciendo que el lector se dé cuenta de cada detalle del conflicto.
Aunque las guerras sean una parte importante de la obra, me gustaría destacar el tema principal: la soledad. Como bien dice el título, es un relato de cien años de soledad. Desde los fundadores de Macondo, José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, la soledad está muy presente en la obra, aunque no lo parezca. La casa de los Buendía está siempre llena, durante todas las generaciones. Aun así, cada personaje vive en su mundo propio, ajeno a la realidad, donde se encuentran solos. Esos mundos son, por ejemplo, el mundo de las locuras de José Arcadio Buendía, el de los pescaditos de oro del Coronel Aureliano Buendía, el de los excesos de Aureliano Segundo etc. El autor retrata cada mundo desde el punto de vista de cada personaje, aportando una riqueza de metáforas y magia al mundo real.
Muchos no sabrán por qué se hace llamar este tipo de obras del género del realismo mágico. La explicación es muy simple. El autor introduce elementos mágicos, religiosos, símbolos etc. en la realidad. Estos hechos que nos pueden parecer inverosímiles en un principio, aparecen en la obra como parte de la vida real. Tal es la maestría del autor, que nos hace creer que en la vida hay muchísima magia y que en las situaciones adecuadas sale a darle un toque especial a la realidad. Además, el autor expresa con tal naturalidad los hechos que la ascensión al cielo de Remedios, la bella o la lluvia de flores nos parecen hechos normales. Las muertes, que suceden en muy determinadas circunstancias, también son símbolo del hechizo que hay sobre Macondo, un hechizo que parece muy real. El personaje más mágico, Melquíades, es un enigma hasta el final de la obra. Todos podrían afirmar que era un hombre listo, pero para el autor es el símbolo de la inteligencia. Su sabiduría no tiene límites, es incluso capaz de predecir el futuro. Por eso, varios personajes de distintas generaciones sienten tal fascinación por este misterioso hombre.
Podríamos decir que “Cien años de soledad” es una crítica a la sociedad del siglo XX. Podemos ver en los distintos personajes, características que pueden atribuirse a diferentes grupos de la sociedad. Por ejemplo, Fernanda representa la Iglesia. Como se le han inculcado costumbres antiguas, se niega a avanzar. Quiere que todo el mundo sea tan cristiano como ella, implantando una dictadura férrea en la casa. Aun así, su esposo Aureliano Segundo vive de juerga en juerga, sin preocuparse demasiado de sus hijos o de su esposa. Al haber tantos personajes retratando los defectos de la sociedad, el autor decidió introducir el personaje ideal. Remedios, la bella es la representación de la simpleza, la pureza y la inocencia. Tal es la admiración del autor por estas características que hace que ascienda a los cielos, utilizando el simbolismo católico. Con esta representación quiere decir que los puros de corazón son las personas más bellas por dentro, a pesar de que la gente no los entienda.
El siglo XX es también el siglo de los avances tecnológicos. Todo ha evolucionado de una manera rapidísima en los últimos años. Lo mismo pasa en Macondo. La aldea vive mientras la familia Buendía viva. Durante todo este tiempo, los avances pasan del hielo a la compañía bananera. Las generaciones pasan y el pueblo cambia. Pasa de ser una pequeña aldea a una gran población con una enorme plantación de banano, referente de la región. Pero todo lo que viene, se va. Después de la matanza de los trabajadores de la compañía bananera (basada en los hechos de la huelga de principios del siglo XX), la compañía se desinfla, viene la lluvia y la prosperidad de Macondo se va. Después de la lluvia, los personajes que quedaban vivos empiezan a morirse, dejando solo a Aureliano Babilonia. Esta soledad también se refleja en el pueblo, medio abandonado por sus gentes. Al final de la obra, la muerte de Aureliano significa la muerte de Macondo. Por ello, podríamos decir que la familia Buendía es Macondo y que Macondo es la familia Buendía.
Solo podemos añadir que es un libro muy recomendable para lectores ya bastante expertos. Requiere paciencia y concentración, pero se disfruta mucho leyéndolo. La participación del lector es importantísima para la interpretación de los diferentes hechos. La magia y la realidad se funden en el corazón de esta hermosa novela que es una lectura imprescindible para cualquier persona.